Los límites con respeto en la educación de los niños
Los límites con respeto en la educación de los niños
Durante su primera etapa de vida los niños se enfrentan a una fase de exploración, en la que quieren saber cómo funciona todo lo que los rodea. Esta curiosidad instintiva de querer saber quiénes son y de qué son capaces los puede llevar a ponerse en peligro o desarrollar conductas poco aceptables. Por ello, es necesario saber poner límites a los niños.
No se trata de imponerle restricciones arbitrarias, sino de marcarle líneas que no puede cruzar, mientras le muestras lo que sí puede hacer, los límites son necesarios para su vida presente y futura.
El efecto de los límites en la educación respetuosa
Cuando nos centramos en el contexto de la formación de nuestros hijos como seres humanos con valores, es importante saber la manera correcta de poner límites. Nosotros, como adultos, debemos favorecer las condiciones para que los niños se desenvuelvan en un entorno en el que puedan interactuar con objetos y otras personas para fomentar el proceder correcto ante diversas situaciones.
Además se debe fomentar el respeto por sí mismo y que el niño, además de entender sus límites, sepa que deben respetarle a él como una persona que puede valerse por sí misma, que tiene libertad de movimiento y de elegir la forma en la que quiere hacer o jugar. Para ello, es necesario que nosotros, como responsables del proceso de aprendizaje y como tutores, entendamos las fases de maduración de los niños, respetando sus capacidades y evitando incurrir en fallos como el de hacerles cosas que ellos ya son capaces de resolver por sí mismos o indicarles qué juguetes deben usar o no.
Con esto, podremos ayudarle en su proceso de construcción personal y a que puedan descubrir por sí mismos cuáles son sus habilidades. El resultado será un niño con confianza y menos dependiente a medida que vaya avanzando en su desarrollo cognitivo.
¿Qué son los límites?
Tradicionalmente los límites en una familia se parecían más a una especie de limitación o amenaza en la que los padres olvidaban algunas de las necesidades de los niños y provocaban que creciera con dudas y con negativas constantes.
Los límites deben ser una especie de “señalizaciones” en las que se le dice a los niños qué es lo que no pueden hacer y cuáles podrían ser las consecuencias “lógicas” de esa acción, porque solo así le facilitaremos entender el motivo de la prohibición. Por ejemplo, en lugar de amenazarle con que no salte en el sofá porque lo vamos a castigar, sería mejor indicarle que no debe saltar allípor no romperlo y explicarle que si lo hace, luego no tendrá dónde sentarse.
¿Cuál es la importancia de los límites?
Más allá de servir para indicarles a los niños cuáles son las formas correctas de hacer las cosas socialmente, los límites sirven para fomentar la confianza en los pequeños. Los niños no tienen certeza de la forma en que funciona la realidad y dicha incertidumbre puede repercutir en su personalidad, haciéndoles más temerosos. Si le indicamos lo que pueden, estaremos delimitando su entorno de interacción y permitiéndole desarrollar mejor sus habilidades cognitivas y sociales.